El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad.
No hay nada que un hombre no sea capaz de hacer cuando una mujer le mira.

Con veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado; con cuarenta el rostro que les ha dado la vida y con sesenta el que se merecen.

El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos, los caballos.
Ojo por ojo, y el mundo acabará ciego




















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